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LAS IGLESIAS EXCAVADAS EN LA ROCA DEL TIGRAY


LAS IGLESIAS EXCAVADAS EN LA ROCA DEL TIGRAY



Lo que aquí expongo ha salido principalmente de la enciclopedia ethiopica, 2000 años de cristianismo en Africa de J. Baur así como de la guía The rock Hewn churches of Tigray y mis propias experiencias in situ.
Todas las fotografías han sido disparadas por mí.


En el Cairo se venera una iglesia construida sobre el lugar donde supuestamente habitó la Sagrada familia durante su estancia en Egipto.
Una colonia de cristianos judíos estaban asentados en Egipto entre los años 50 y 100 d C y fueron  nexo de unión de la iglesia egipcia con los apóstoles. Veneran a San Marcos como el fundador de la sede apostólica de Alejandría.



Por otro lado, la tradición cuenta que la familia de Jesús pasó algún tiempo en las montañas Etíopes. Se dice también que el evangelista San Mateo estuvo evangelizando esta tierra y murió allí mártir. Resulta interesante que Mateo es el evangelista que narra la Adoración de los Magos, uno de los cuales, Baltasar, cuentan reinaba en la ciudad de Aksum en la época del nacimiento de Cristo.




El monacato nace en Egipto y ha sido la mayor contribución del continente africano a la iglesia universal. Era el compromiso total del cristiano con la invitación evangélica de dejar todo para seguir a Cristo. Dejando casa y campos (Mt19,17) se iban al desierto donde combinaban vida ascética y contemplación. San Antonio  fue el padre de estos monjes. Nació en el 251 dC y murió en el 356.
Mas tarde, en el siglo IV fue San Pacomio quien pasó de la vida eremítica a la vida comunitaria, con una regla que estructuraba la vida diaria entre oración y trabajo. Los peregrinos llegaban de todas partes de la cristiandad para verlos e imitarlos y, a menudo se quedaban. Vinieron también negros del Sudán entre los que se cuenta San Moisés de Etiopía.




Los comienzos del cristianismo en Etiopía, dejando de lado tradiciones muy atractivas pero con poca base, podemos decir que están marcadas por tres acontecimientos:
1º. El eunuco al cual Felipe explica las escrituras y acaba bautizando (Hechos de los apóstoles 8,26). Aunque más que etíope, podría tratarse de un nubio (Sudán), no es menos cierto que los primeros cristianos llegaron a Etiopía en época muy temprana. Se trataba de comerciantes helenistas a los que el rey permitió tener sus propios lugares de culto.
2º. La ruta comercial que partiendo del Mediterráneo cruza el mar Rojo y llega a Etiopía, llevaron a la Corte tras un naufragio a dos jóvenes sirios que acabaron convirtiendo al rey Ezana al cristianismo (siglo IV).



3º. La llegada de grupos de monjes hacia el año 500. Vinieron de Egipto principalmente, pero no eran todos egipcios, sino que habían ido a formarse allí, para una vez formados, proseguir su dispersión. Entre ellos destacan el grupo llamado de los 9 santos y estos son principalmente los que inician la construcción de las iglesias excavadas en la roca.


¿Por qué excavadas en la roca?
El protoevangelio de Santiago (es el apócrifo ortodoxo más antiguo conservado completo), estableció la iconografía del nacimiento de Cristo en una cueva. Este escenario, que a su vez se derivaba de la cosmología antigua veía en la cueva un microcosmos del universo, a la oscuridad de la cual Cristo, como un dios del sol, traía la luz. En la Iglesia de la Natividad en Belén, uno desciende a la gruta donde Cristo nació. Su entierro en una tumba excavada en la roca completa el ciclo que culmina en la resurrección.
En la pared vemos las vigas y cabezas de mono
En el período cristiano primitivo, muchas iglesias fueron ubicadas en antiguos lugares de enterramiento. Entre los ejemplos más antiguos de construcciones religiosas excavadas en la roca en Etiopía, las  iglesias ubicadas en la llanura (Dégum,  y Hawzen en Gheralta, Yohannes Metmaq Gazien en Atsbi Dera, entre otras), estaban asociadas con tumbas o fueron anteriormente  tumbas (Lepage 1997). Antes del S. XVI las iglesias servían regularmente como lugares de entierro. En su forma menos sofisticada, estos lugares de culto fueron adaptados a partir de cuevas naturales, que en algunos casos continúan designándose como wašša (Amh. 'Cueva'). Uno de estos sitios, Waša Mikael en Wallo, tiene escenas de caza que se extienden a lo largo de los muros norte y sur, lo que sugiere orígenes pre-cristianos.



La excavación en la roca tiene varias ventajas sobre las construcciones hechas por el hombre.
1º. Son mucho más resistentes al paso del tiempo. Con pocas excepciones, las iglesias construidas han desaparecido hace mucho tiempo y son conocidas por nosotros solo por sus restos arqueológicos. En consecuencia, la tasa de supervivencia de las iglesias excavadas puede ser desproporcionadamente superior respecto al número de iglesias edificadas por el hombre.


2º. Se podían excavar para imitar edificios construidos con poco más que martillos y cinceles, sin la intervención de personal altamente especializado. Esto fue determinante a la hora de escoger el emplazamiento donde hacer una nueva construcción. Se prefirieron ambientes relativamente suaves de piedra caliza y arenisca. Las excavaciones de arenisca han demostrado ser las más vulnerables.


Las iglesias excavadas en la roca reproducen en forma y detalles los edificios de la época, pues deben  responder a las necesidades  de la liturgia. Nunca tuvieron un propósito diferente al de las iglesias construidas. Es a través de ellas, y de las pocas iglesias construidas que han sobrevivido, que uno puede examinar tanto el registro arquitectónico de la época como los cambios periódicos en la liturgia que se reflejan en ellos. Sus planos  generalmente siguen la forma de la basílica.
Algunos estudiosos dan a estas iglesias excavadas una datación muy temprana, hacia el  siglo VI, mientras que otros argumentan que se introdujeron durante la dinastía Zagwe. En mi opinión la datación se acerca más al siglo VI. Mi argumentación principal sería que las propias iglesias atribuidas a Lalibela (S. XIII), rey de la dinastía Zagwe, en alguno de sus edificios está más que demostrada una antigüedad mucho mayor.



El cambio litúrgico ha demostrado ser la mejor explicación hasta ahora para las variaciones en el desarrollo de la arquitectura eclesiástica en Etiopía. Ofrece una cronología relativa para las iglesias construidas y especialmente para las iglesias de roca, pero no siempre es fácil de interpretar porque tales cambios no ocurrieron en progresión puramente lineal, algunos de estos podían haberse superpuesto con el culto anterior.



Como ejemplo de algunos cambios que se fueron produciendo podemos citar la incorporación de altares, o el deseo de rezar a un mayor número de santos en momentos donde la construcción de iglesias se hizo difícil o lenta, lo que llevó a que se utilizaran espacios originariamente pensados para otro propósito, como capillas dedicadas a estas nuevas devociones. Este cambio llevó a otros relacionados principalmente con el espacio que debía ocupar el Tabot (la réplica de las tablas de la ley presente en todas las iglesias). Otra característica que ayuda a hacer un seguimiento de la evolución de las iglesias, es la ubicación de sus puertas. Siendo estos aspectos interesantes, animo a alguien con más conocimientos que los míos a que siga desarrollando el tema.



Generalmente, cuando hablamos de iglesias excavadas en la roca en Etiopía, la gente dirige su mirada a Lalibela. Si bien estas son espectaculares, no lo son menos las que encontramos diseminadas por el Tigray. Los alrededores de  Gheralta, Hawzen, Tembien, Wukro y de  Mekele nos ofrecen un espectáculo impresionante. Son un auténtico museo abierto mimetizado en el medio.



Su paisaje rocoso y semidesértico, y la dificultad de acceso para llegar a muchas de estas iglesias, han hecho que hasta hace poco hallan pasado desapercibidas para el viajero, aunque los monjes las llevan utilizado durante siglos.
El Tigray nos ofrece un excelente patrimonio cultural, acceder a él no es siempre fácil, la información es a veces contradictoria, diferentes iglesias comparten un mismo nombre y otras se reconocen por más de uno diferente. Así que, si te atrae el tema, ármate de paciencia y tira para adelante. Por supuesto contratar un guía se te hará indispensable.


El estudio de estas iglesias comenzó a principios de 1960. En un primer estadio se hizo una lista de 94. (1970).
De ellas 4 estaban todavía en uso, 6 seguían siendo viviendas monásticas, 26 estaban abandonadas o eran de menor relevancia y 30 de ellas tienen un especial valor artístico y/o arquitectónico. Parece que fueron diseñadas y construidas en su totalidad por los etíopes. Una de las pruebas que aportan los arqueólogos viene del estudio de los restos humanos hallados en las tumbas.


Pasillo que rodea la iglesia
Los estudiosos también intentan aportar hipótesis de cómo se llegaron a construir. Habrían procedido de abajo hacia arriba utilizando andamios hechos de madera de los bosques de los alrededores, abundantes en ese momento. Los pintores se beneficiaron de la luz que entraba por las ventanas de las partes altas para trabajar en el techo y partes superiores, mientras que para las partes inferiores, debieron utilizar antorchas y aprovechar la luz que entraba por la puerta. Los escultores aprovecharon las irregularidades de la roca para alguna de sus decoraciones, de ahí muchas asimetrías o irregularidades en los diseños.
En 1967 Ruth Plant inició una investigación sobre un grupo de iglesias, las enumeró, describió y recogió información sobre manuscritos antiguos que en ellas halló. Sus libros y artículos recogen también información sobre la forma de vida de los pobladores de la zona. En su libro de 1985 identificó y describió 141 iglesias, la mayoría de ellas excavadas en la roca y algunas de ellas construidas. Su libro contiene los planos de los edificios y dibujos de sus decoraciones y detalles arquitectónicos.



Pearce Ivy dirigió una expedición a las iglesias excavadas en la roca  en mayo de 1968. Visitó 15 iglesias en Gheralta, Wukro, Hawzen y Degum. Ruth Plant y Dale Otto se unieron a la expedición.
Michael Gervers rastreó el origen de las iglesias excavadas en la roca con el fin de estudiar los inicios del monaquismo cristiano, que primero se extendió en la región mediterránea, dispersándose más adelante a muchos países de Europa y Asia. Según él, este tipo de construcciones fue influenciado por el carácter ascético y anacoreta del cristianismo egipcio.



David Buxton estudió las iglesias en la década de 1960. Según él, la arquitectura rupestre de la región de Tigray, se origina a partir de la arquitectura Aksumita. Otras influencias llegaron más tarde de Siria y Egipto, por ejemplo, la planta de basílica y la presencia de un santuario flanqueado por  capillas y cubierto por una cúpula.




El Tigray es una región ubicada en la parte norte de Etiopía que limita con Eritrea al norte. El río Takezze marca la frontera regional occidental y suroeste. Al sur está delimitado por la llanura de Kobbo y el río Tsellari, un afluente oriental del Takezze. En la cuenca este, las aguas lluviosas terminan en la depresión de Danakil. Hacia el este, el terreno cae abruptamente desde la meseta a 3.000 m sobre el nivel del mar hasta la Depresión de Danakil, desde la cual salen las caravanas de camellos que llevan la sal  a las tierras altas en las rutas comerciales tradicionales de la sal. La naturaleza geológica del Tigray es un aspecto particularmente interesante, pues  la composición del terreno a base de arenisca y piedra caliza facilitó el trabajo de esculpir las iglesias. El basalto también está presente en la zona.
 A lo largo del camino de la sal se encuentran los monasterios e iglesias más importantes.



Siglo VII-XII. Durante los siglos VIII y XI es cuando se registró mayor actividad.
Algunos de estos edificios religiosos fueron excavados, imitando modelos construidos de origen aksumita. Lepage y Mercier han propuesto una periodización de las iglesias rupestres de Tigray divididas en tres períodos diferentes desde el declive de Aksum hasta el siglo XIX.
Las iglesias de este período, ubicadas principalmente en el este de Tigray, son el resultado de un proceso que comenzó sirviendo de lugar de enterramiento de personas importantes y acabó convirtiéndose más tarde en lugares de culto  (Iglesias). Una característica típica de las iglesias que pertenecen a este período es la presencia de presbiterios que dividen el área reservada para el clero del resto de los fieles.


Entrada a lo que fue la primera iglesia y oratorio de Abuna Abraham
Siglos XIII-XVI
Este periodo se caracteriza por un renacimiento espiritual, donde se priorizaba este en detrimento de la calidad arquitectónica y artística. Seguramente este renacimiento espiritual, hace que las pinturas, con todo su valor catequético, adquirieran mayor relevancia. Los cambios en la liturgia implicaron además la reorganización del espacio arquitectónico interno, donde se destacó la abolición de los presbiterios y se enfatizó el concepto de una nueva relación entre las personas y la divinidad.



Siglos XVII-XIX
La datación de la arquitectura de este período se ve dificultada porque muchas iglesias sufrieron daños durante las numerosas guerras que asolaron el lugar. Las pinturas son más fáciles de fechar porque prevalecieron dos estilos distintos en estos siglos: el Gondarino, colorido y naturalista, que se difundió en el siglo XVIII, y el anterior estilo más sobrio y geométrico. La tradición popular atribuye muchas iglesias excavadas y construidas en roca a los soberanos etíopes que reinaban en la parte norte de Etiopía.


MAI KADO, reinó antes de que el cristianismo se extendiera en Etiopía. Tewolde Medhin Joseph sugirió una posible explicación en el hecho de que estas iglesias fueran construidas como lugares de culto pagano.
El rey EZANA, introdujo oficialmente la fe cristiana al Imperio Aksumita en el siglo IV, en el momento de su mayor poder. Ezana y su hermano Sheazana son reconocidos como los fundadores del Imperio Cristiano etíope, y de acuerdo con la tradición, se llamaron a continuación Abrecha (Lightmaker) y Asbeha (Dawnbreaker).


Al rey y santo KALEB: (510-558) la tradición le atribuye muchas de estas iglesias, especialmente en la provincia de Lasta, donde tal vez vivía. Él invadió Himyar (Yemen) en el año 520 dC para luchar contra el rey de Himyar que estaba persiguiendo a los cristianos. YEKUNO AMLAK (1270-85), quien se la descendencia de los reyes de Aksum
al último rey de la dinastía Zagwe, los gobernantes de Lalibela, y restauró la línea salomónica.

AMDA SIYON (1313-44), cuyo nombre se traduce por Pilar de Sión, parece que también es el responsable de la construcción de alguna de las iglesias.

Me dijo el monje que en esta cámara estaba enterrado el Abuna Abraham

DAWIT (1382-1411)
Un rey bien conocido por su fe cristiana. Cuyos restos descansan en el monasterio del lago Tana de Daga Estiphanos.

YESHAAQ (1413-30)
Continuó la conquista iniciada por sus predecesores expandiendo aún más el imperio Aksumita.

ZARA YACOB (1434-68)
Luchó fuertemente contra el paganismo, impuso la devoción a María y el Arca de la Alianza, e introdujo estrictas reglas religiosas.
LEBNA DENGHEL (1508-40)
Fue el rey que pidió ayuda a los portugueses contra Ahmed Gragn, el conquistador musulmán, en 1535. Su sucesor, Galawdewos, era el rey cuando llegó la expedición portuguesa y, junto con el ejército etíope, finalmente derrotó a los Gragn.


Entrada a un pasadizo. Muy parecido a los que vi en Lalibela
El año 2014 visité la iglesia de Abuna Abraham (Debre Tsion). Salimos de Wukro por la carretera que va a Degum. Poco antes de llegar a este pueblo nos bajamos del bus y cogimos un camino a la izquierda. La cosa es que veo una llanura enorme y a lo lejos un par de colinas. Ingenuo de mi camino con paso firme sin imaginarme que nuestro destino está sobre una de esas colinas. Llegamos al pie de una de las dos montañas y ahí es cuando me doy cuenta de que no iba a ser tan fácil como pensaba.  A estas alturas ya se habían unido a nosotros un grupo de chavales que me fueron de maravilla en los momentos en que ya sacaba el hígado por la boca. Una foto aquí, otra allá… momentos de descanso para alguien como yo que hizo la mili subido en un tractor. Una vez arriba la verdad es que me alegré de estar ahí. El monje fue amable y la visita fue más que interesante. Lo que os recomiendo es que en lugar de utilizar transporte público, intentéis alquilar un coche. Al depender de los horarios en los que pasa el bus, la visita  queda subordinada a esta variable, con lo que estuvimos en la iglesia menos tiempo del que me hubiera gustado. Al final de la visita una mujer nos ofreció (servicio de catering) un vasito de hidromiel, que rechacé por no beber alcohol, pero sobre todo por las condiciones higiénicas poco recomendables.



La iglesia está justo en el borde del acantilado  y domina la magnífica vista de Degum y toda la
llanura de Hawzen. se trata de  una iglesia grande y espléndidamente tallada en piedra.
Sus medidas son 12,9 de largo, 7,7 m de ancho y 7,7 m de alto. En la pared frontal, podemos
distinguir el estilo Aksumita, con vigas horizontales y cabezas de mono (imitación de la parte de
viga que sobresale del muro). Desde el nártex se puede ingresar a la iglesia directamente.
El hermoso e impresionante interior tiene dos filas de pilares cruciformes que dividen la iglesia
en tres naves y cuatro espacios. No hay barreras arquitectónicas que separen el  Santísimo.
El techo es alto y con cúpulas. Todas las paredes internas, pilares, arcos, arcadas ciegas y techos
están pintados. Marcos y bóvedas cuentan con patrones geométricos. Estos últimos, según
Phillipson, recuerdan a los manuscritos etíopes, pero son inusuales en los murales. Este detalle
podría demostrar que Abuna Abraham y sus discípulos tenían un scriptorium y/o hacían trabajos
de artesanía. La iglesia podría haber sido construida hacia el siglo XIV y las pinturas podrían tener
una datación algo posterior: siglo XV. Según Lepage y Mercier, la iglesia es la obra maestra de
Abuna Abraham (1350-1425). En el lado sureste  hay una celda circular con un techo abovedado
tallado que se dice fue el oratorio de Abuna Abraham.


Previa solicitud, los sacerdotes mostrarán las antiguas cruces y unas pinturas con 34 paneles
pintados con las figuras de los apóstoles. Mi experiencia en  prácticamente todas mis visitas a
iglesias, monasterios y plazas arqueológicas es que la persona encargada de dar explicaciones y
mostrar la riqueza del lugar, no destaca por su entusiasmo sino más bien todo lo contrario. Cosa
que no sucede a la hora de recibir la obligada propina (a parte de lo que has pagado por la visita)
que siempre les parece escasa.


Consejo: Intenta ir con cierto conocimiento del lugar a visitar y si acabada la visita no te ha mostrado
algo de lo que tu has visto en guías o te han contado, házselo saber. Aún en estos casos te puedes
encontrar que te den por finalizada la visita y no hay nada que hacer. Me encantaría después de mi
próxima vuelta a Etiopía tener que rectificar este último párrafo.



Desde la Iglesia que visité se ve esta otra





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