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EL MONASTERIO DE DEBRE DAMO


El monasterio de Debre Damo está en la región del Tigray, en el norte de Etiopía. La base de la iglesia es de origen aksumita y probablemente precristiana. Podría haberse convertido en una iglesia con la llegada del cristianismo y el establecimiento del monasterio. Algunas de las primeras iglesias fueron sucesoras inmediatas de templos paganos, y fueron construidas en los mismos lugares para purgar el emplazamiento de su paganismo.
La decoración de los obeliscos de Aksum sirvió de modelo en la técnica de construcción en madera y piedra para la estructura de Debre Damo.

Algunos fragmentos de capiteles se encuentran cerca de la iglesia, y posiblemente son restos de un edificio anterior. Hay dos tipos diferentes de columnas que sostienen el techo, da la impresión de que pertenecen a épocas distintas entre sí. Parece que las columnas más antiguas se acomodaron en la nueva estructura, o más tarde, y sus patrones son similares a los del friso que soportan. No todas las caras de los capiteles están talladas, y lo incompleto de la decoración en los capiteles hace que parezca probable que haya sido una ocurrencia tardía, realizada cuando se reutilizaron las columnas más antiguas o cuando se hicieron adornos a la estructura inicial en una fecha posterior.
Es probable que todo el techo estuviera alguna vez cubierto con paneles tallados, de los cuales la mayor parte ha desaparecido. No se sabe si dicha reconstrucción tuvo lugar en el momento en que un edificio precristiano se estaba convirtiendo en una iglesia, o más tarde, tal vez en el siglo XIV cuando el rey Amda-Syon I hizo donaciones, o después con ocasión de una reconstrucción debida a una destrucción, como ocurrió cuando Debre Damo fue devastado en el siglo XVI por el turco Pasha Uzdamer. Pero parece más probable que la reconstrucción se haya producido a más tardar en el siglo X, ya que la mayoría de los paneles de friso tienen una decoración que podría ser de esta fecha.


Za Mika'el, 'Aragawi' (el anciano), fue de muy jóven a Dawnis, en Tebaida, donde residía San Pacomio, el padre de la vida cenobítica. De allí fue enviado a Aksum en Etiopía. En el sexto año del reinado de Tazena, padre del rey Kaleb de Aksum, nueve monjes venidos de Siria, entre los que se encontraba Za Mika´el llegaron a Aksum y de allí se dispersaron por el imperio.
Za Mika'el, acompañado de su madre y de su discípulo Matyas, caminaron a la región al este de 'Eggala, continuaron, hasta un lugar ahora llamado 'Awl'a Mahbar en Geralta (Tigray). Vieron la montaña de Damo, y de inmediato surgió en Za Mika´el deseo de hacer su morada en la cima. Intentó su ascenso pero le fue imposible debido a lo escarpado del terreno. Ninguna otra montaña del entorno satisfacía su propósito y regresó a Damo. Después de tres días y tres noches en oración, el arcángel Miguel se le apareció y le dijo que Dios lo invitaba a la cima de la montaña. Entonces apareció en el borde de la cima una gran serpiente, que descendió hacia el santo y lo subió. Mientras esto sucedía, el Arcángel estaba vigilante con una espada lista para matar a la
serpiente si atacaba a Aragawi. Cuando este ascendía, dejó caer su cruz, que quedó grabada en la piedra donde cayó y que hoy besan todos los que entran o salen del monasterio. El lugar donde la serpiente dejó al Abuna Aragawi es donde está hoy el santuario. Luego, Aragawi pidió al rey Gebre Meskel que construyera una iglesia (Enda Abuna Aregawi), y así lo hizo.

Para la construcción de la iglesia se construyó una rampa en el acantilado, que luego se demolió, quedando como único medio de acceso al monasterio un cabo hecho de tiras de cuero, en recuerdo de la serpiente que ayudó al santo fundador a alcanzar la cima de la montaña.
Za Mika'el escogió como vivienda una cueva donde vivía en perpetua penitencia. Mientras tanto, el monasterio alcanzó gran fama en toda Etiopía. El número de monjes llegó a 600. Nuestro Señor prometió al santo bendiciones y privilegios particulares para él y todos sus seguidores. También le prometió que como los profetas Enoc y Elías no sería tocado por la muerte, y que la tumba de su madre 'Edna no sería vista por nadie hasta el día del juicio.
En el año 1944 Buxton visitó el monasterio. La iglesia estaba parcialmente derruida y con ayuda de diferentes organizaciones la restauraron.

Para subir al monasterio, tal y como se ha escrito anteriormente, hay sólo una única opción: Mediante una soga que está hecha de tiras de cuero trenzado “imitando el cuerpo de una serpiente”. A mi me dio la sensación de ser de origen vegetal, pero seguramente se debió a que estábamos en temporada de lluvias y la soga estaba empapada de agua. Los monjes suben por medio de ella con una agilidad sorprendente y utilizando como punto de apoyo para los pies pequeñas cavidades en la roca que han sido usadas durante siglos. Para los visitantes, se tira una segunda cuerda. La primera la utiliza quien asciende para el ascenso propiamente dicho. La segunda se pone alrededor de la cintura a modo de arnés y un monje desde la cima va tirando de ella a medida que el que asciende va subiendo con sus propias fuerzas. Lo único que hace el monje -que no es poco- es impedir el retroceso o la caída. Se baja por el mismo sitio, así que el monje desde arriba se cuidará de que quien desciende no lo haga de forma abrupta o directamente caiga al vacío. La entrada al monasterio se hace a través de un marco excavado en la roca unos metros por debajo de la explanada que acoge al complejo. Desde esta “puerta”, unas escaleras de piedra conducen a la cima del amba, donde se encuentran la mayoría de los edificios, que se agrupan en forma de una gran aldea.
Se trata de casas de piedra con los techos de tierra típicos del Tigray. Todos los edificios están ubicados en la explanada de la cima de la montaña (amba), excepto una pequeña iglesia que está construida en una base algo por debajo. Estas están bastante alejadas de le entrada y me imagino que
para preservar la intimidad de la comunidad no son accesibles al turista.

Desgraciadamente el guía únicamente te enseña la piedra donde cayó la cruz del santo y quedó grabada, la iglesia y el campanario que forman un conjunto junto con otro pequeño edificio que no te muestra. Desde el campanario podemos ver una de las cisternas de agua excavada en la roca. Aún así, la visita vale la pena para los que amamos Etiopía y estamos interesados en su interesante historia. Es bueno ir bien documentado y con esta información presionar un poco al guía para que se muestre más generoso. En mi caso, además pude acceder a uno de los cementerios.
La Iglesia Principal es un recinto amurallado en el extremo este del monasterio, mide aproximadamente 20 metros x 9 metros. Se divide longitudinalmente en cinco partes. Hay un piso superior sobre las dos partes más occidentales, y también sobre el espacio que contiene el santuario y sus cámaras laterales. Hay largas estancias en el primer piso sobre los pasillos. El techo del santuario consiste en una pequeña cúpula de 2 m. de diámetro, con nervios de madera, pintados, todo cubierto con telas. No es visible externamente, ya que está protegida por el techo plano de tierra típico de la zona. Antes de 1946, la nave tenía un techo de madera finamente arqueada, que se volvió inestable y fue reemplazado por los propios monjes con una viga plana, un techo de tablones y el acabado tradicional de tierra.
La entrada oeste conduce a dos amplios vestíbulos. El primero es un pórtico parcialmente abierto, probablemente de construcción posterior pero similar al cuerpo principal de la iglesia.
Los monjes y sacerdotes llevan una cruz de mano y la maqwamiya, un bastón con una empuñadura en forma de T de plata, latón o madera que puede estar decorado con el sello de Salomón u otros motivos. Los oficios de los ortodoxos son largos y este bastón les ayuda a permanecer de pie con menos fatiga.
En el monasterio vemos grandes cruces, en un estilo similar a las cruces manuales y son usadas en las grandes ceremonias. Una de ellas está fija en la parte superior del baldaquino que contiene el tabot en el santuario, otra se encuentra en la casa de oración. El tabot representa al Arca de la Alianza. El santuario de cada iglesia contiene uno o más. Cuando se retira de la iglesia, el edificio pierde su sacralidad.
No hay pinturas murales en la iglesia. El monasterio posee una copia del libro Fethar nagast, o Juicio de los Reyes, una colección de derecho canónico encuadernado en cuero, redactado en el siglo XII por un copto, y traducido al Gé'ez. Esta copia fue entregada a Debre Damo por Dedjajmatch Wolde Gabriel. También hay una copia del libro llamado Dowitt. Todos los sacerdotes llevan pequeñas copias del mismo. Esta copia perteneció a Ras Mika'el, quien la donó al monasterio.
Edificios diversos, cisternas de agua, el refectorio y la casa de huéspedes están situados en el centro del complejo. La cocina principal del monasterio es utilizada en contadas ocasiones, generalmente los monjes cocinan y comen cada uno en su propia estancia. Los eremitorios de los monjes se agrupan de manera irregular en diez emplazamientos. Cada monje cuenta con una estancia de unos 6 x 9,5 metros. Un espacio en medio de la habitación se reserva para encender el fuego donde cocinar y calentarse. El techo tiene una abertura para permitir la salida del humo. Por lo general, hay una o dos pequeñas habitaciones que sirven de almacén y para guardar los utensilios básicos que poseen. Pequeñas estacas de madera y a veces cuernos alrededor de la pared se utilizan como colgadores.
Algunos taburetes y una mesa baja completan el mobiliario. Junto al eremitorio cada monje dispone de un pequeño terreno que utiliza como huerto y en algunos casos este cuenta con un aljibe excavado en la roca donde recoge el agua de lluvia que abastece sus necesidades. Una escalera conduce a una cámara superior sobre la habitación principal. Este es el dormitorio, que el monje también usa para la contemplación y la oración. Esta disposición es la unidad básica y puede variar en función de las condiciones del emplazamiento. El estilo de construcción es similar al de los pueblos de los alrededores.

Los monjes comen principalmente alubias cocidas y la comida etíope tradicional de enjera y wat. Beben tedj y talla (cerveza local).
El suministro de agua para la comunidad se almacena en cisternas excavadas en la roca que se llenan durante las lluvias. Una hierba verde llamada sarbart crece en la parte superior, cubriendo completamente el agua. Cuando esta crece sin problemas es garantía de que el agua es apta para su consumo. La reserva de agua abastece las necesidades durante la estación seca. En la parte superior del amba hay dos recintos pequeños, amurallados que se utilizan para encerrar al ganado que se sube por el acantilado. Todos los animales son machos, debido a esto no se crían animales en el monasterio.
Hay una segunda iglesia debajo de la parte superior del amba, dedicada al Santo fundador del monasterio. Es un lugar de especial veneración, ya que está edificada sobre la cavidad en la que, según la leyenda Aragawi desapareció el día 14 del mes de Teqemt. A la derecha del altar hay una trampilla hecha de pizarra en el suelo de unos 50 cm2. oculta por una alfombra. Esta conduce a una cueva subterránea, donde, según la leyenda, Abuna Aragawi desapareció. Dicen que nadie ha entrado en la cueva después de Abuna Aragawi, excepto un cierto Abba Sanemaryam cuya cruz cayó en el interior. Los monjes atribuyen poderes milagrosos a la condensación de agua que se forma en la parte inferior de la trampilla, a partir de la humedad de la cueva, y lo utilizan para curar llagas.
Es probable que en la antigüedad existiera un lugar de culto dedicado al fundador del monasterio, en una forma diferente a la actual, y que el paso del tiempo y el fuego, hallan destruido. Seguramente fue un santuario aislado dentro del complejo.
Numerosas cuevas en la pared de roca acompañan a la pequeña iglesia. Estas se utilizan como lugares de enterramiento.
No se permiten mujeres en la cima del amba, pero hay algunas construcciones modestas en la base del acantilado donde viven las monjas. Utilizan la iglesia cercana de Kidane Meret, cuya entrada tiene una columna central como la de Debra Damo. A las turistas que se acerquen al monasterio, al no poder ascender al mismo, les recomiendo que se acerquen a este grupo de mujeres. Pasarán un buen rato y podrán degustar licores y comida tradicional con ellas. Únicamente prevenirlas si su estómago, como el mío, es un poco delicado.

Cuando visité el monasterio (julio 2019), el guía me dijo que vivían en la cima 150 monjes y 150 candidatos a monje. El monasterio es, por lo tanto, un lugar de estudio y de oración. La comunidad está dividida en dos grupos: El primero está formado por gentes de los distritos circundantes y ya he descrito como son sus eremitorios. El segundo está formado por los que vienen de lejos. Esta segunda asociación es muy pobre. Estos monjes viven en comunidad y comparten pequeñas habitaciones o celdas, sin tener eremitorios como los del primer grupo, que gozan de más privacidad. Tienen una pequeña capilla sin tabot, en la que rezan todo el día. El monasterio posee casas en los pueblos de los alrededores para el uso de los monjes en sus tareas en el mundo exterior.
En octubre de 1937 se llevó a cabo una exploración preliminar de algunas de las cuevas abiertas, solo contenían algunos fragmentos de huesos humanos. En junio de 1938, al examinar una de las grutas más grandes descubrieron un relieve grabado en las paredes, que parece datar del siglo XIV. Esta cueva está casi enfrente de la entrada lateral de la pequeña iglesia. En el interior, se pueden ver en la parte inferior izquierda, dos pequeñas aberturas. La primera conduce a una pequeña cavidad, en la cual no se halló nada. Los arqueólogos creen que debajo puede haber una cripta. La segunda abertura, desciende a una cueva más grande. Está orientada de norte a sur y sus medidas aproximadas son de 3 x 4 metros. El interés de esta cueva está en los numerosos bajorrelieves en tres de sus paredes. Esto apunta a que esta cueva debió tener una importancia especial. El carácter sagrado de la estructura y su decoración parece vincularlo con toda la comunidad más que con el capricho de un monje individual de la Edad Media. Sus modestas dimensiones la excluyen como lugar para el culto en una época anterior a la construcción de la iglesia principal del monasterio, pero podría haber tenido usos conmemorativos o funerarios. Se encuentra en la parte del amba que ya se usaba en la antigüedad como lugar de enterramiento, un área que por su particular santidad fue elegida como eremitorio, pues en la misma explanada hay una pequeña cueva en la que los monjes afirman que el santo Takla Haymanot vivió durante su estancia en el monasterio en el siglo XIII.

En el libro Gadla Aragawi, del cual hay una copia fechada antes de 1425, la narración registra la tradición de un santo que fundó el monasterio. Describe cómo Za Mika'el llegó al amba y eligió como vivienda una cueva en la que recibió de Dios el Kidan (en la literatura y tradición cristiana etíope designa una promesa solemne dada por Jesucristo a un santo en beneficio de los fieles de este último) consagrándolo en la tierra como a un santo. Desapareció en esta cueva el día 14 del mes de Teqemt a la edad de 92 años. Según informa el libro, durante el mandato del séptimo “prior” del monasterio, Yohanni, se consagró una capilla a la entrada de la cueva. Los monjes solo pueden indicar la cueva en la que vivió el Abuna Takla Haymanot, y creen que Za Mika'el todavía vive en una cueva debajo de la pequeña iglesia cercana. Que este último fuera el lugar donde vivía el santo debe excluirse debido a la posición de la entrada, que es como un pequeño pozo de 50 cm2. de largo abriéndose en el piso del santuario. La abertura no es lo suficientemente grande como para ventilar la cámara y no coincide con las numerosas descripciones del Gadla Aragawi, que sugieren una cueva cuya entrada está en una pared rocosa y no en el suelo de una explanada.
En vida de Yohanni, se construyó una capilla en la entrada de la cueva donde desapareció el santo y un lugar de entierro para los monjes. Por otro lado, el Gadla Aragawi habla de la tumba de Za Mika'el, contradiciendo a quienes hablan de su “desaparición”. Es muy probable que debajo de la pequeña iglesia y tal vez de la cueva existan algunas tumbas. Pero, ¿Están estas tumbas (probablemente de antiguos dignatarios del monasterio) aisladas, o están agrupadas alrededor de una tumba más sagrada, la del santo fundador del monasterio?
La pequeña iglesia en su forma actual debe ser de una fecha relativamente reciente, y no anterior al siglo XV, no obstante, parte de los muros son muy antiguos. La cueva fue objeto de veneración desde un período muy temprano.



De las tradiciones orales del monasterio me parece especialmente relevante la de una reina hostil que redujo el reino de Aksum a ruinas, matando al rey. Este episodio parece haber ocurrido entre los años 970 y 980, como lo demostró E. Cerulli, sobre la base de un pasaje hasta ahora desconocido del kitáb surat al-ard por Ibn Hawqal. Esta reina pagana, según el narrador Abba Hayla Maryam, conquistó Debra Damo, profanó la iglesia y construyó una ciudad en la cima de la meseta. Dicha información coincide con los datos proporcionados en 1940 por el Mamher Takla-ab Tasfay, ya fallecido, quien indicó una de las grandes cisternas excavadas en la roca, que conserva el suministro de agua del monasterio, fue excavada por una población pagana que fue gobernada por una reina, que tenía un origen religioso para el culto de un espiritu de agua. Es una posibilidad que dicha reina pertenecía al Islam. Investigaciones de E. Cerulli han revelado la existencia de mujeres investidas de poder soberano en muchos estados musulmanes de Etiopía desde el siglo XI hasta el siglo XIV.
En el suelo del monasterio se descubrieron un número considerable de monedas árabes del siglo VIII al X, lo que indica la posibilidad de que en la Edad Media existía cerca del mismo una comunidad musulmana de notable importancia.
Probablemente después de la devastación del reino de Aksum cuya responsable parece haber sido esta reina, o debido a la expansión de los pueblos del norte (¿Beja?), el poder soberano pasó a la dinastía Zagwe.
Debra Damo padeció las consecuencias de la transferencia del favor real al monasterio vecino de Debra Libanos (Enda abba Mata' za \ Aham), un favor que parece haber continuado durante el siglo XII y buena parte del XIII, ello se deduce del descubrimiento de registros feudales del rey Lalibela, en un manuscrito perteneciente al monasterio medieval que incluye uno fechado en 1225.
Es posible que para Debre Damo haya sido un período de oscuridad y decadencia, aunque hay razones para pensar que el monasterio disfrutó de una fama y santidad particulares en el siglo XIII antes de su hora en el siglo XIV cuando, después de la gran rebelión de Ya'bika-Egzi en 1320, parece probable que el rey' Amda-Syon revirtiera el favor real contra Debra Libanos, que cayó en desgracia por su apego a la dinastía pasada de los Zagwe y porque se había puesto del lado del líder rebelde.
Debra Damo a finales del siglo XIII atrajo a monjes y discípulos que vinieron de países lejanos para perfeccionar su educación. Entre otros, el santo monje de Amhara, Basalota Mika'el, fue a Debra Damo para estudiar los comentarios de las Sagradas Escrituras en el siglo XIV.

Durante los siglos XIII, XIV y XV tuvo una intensa actividad literaria, como lo demuestran los restos de una notable cantidad de fragmentos de manuscritos, algunos de los cuales pueden considerarse probablemente los escritos etíopes más antiguos en pergamino conocidos hasta ahora. Esta actividad demuestra que Debra Damo había alcanzado una posición de prestigio y riqueza, probablemente como resultado de las donaciones de 'Amda Syon I.
Algunas historias que se atribuyen al rey Gebre Mesqel (hijo de Caleb), parece que deben atribuirse a Amda Syon I, cuyo auténtico nombre fue Gebre Meskel. De ahí la posible confusión con el mítico rey hijo de kaleb.
En el siglo XV, parece que Debra Damo era especialmente relevante, ya que su superior, Nob, jugó un papel importante en la mediación de la disputa que surgió entre el rey Zar'a Ya'qob y la comunidad monástica del norte de Etiopía con respecto a la observancia de la sábado. Posteriormente, Nob fue exiliado porque mantuvo con él a los líderes de la conspiración contra Zar'a Ya'qob.
A finales de la primera mitad del siglo XVI, Debra Damo, con su posición inexpugnable, ofreció asilo a la familia real durante la guerra contra el caudillo musulmán Grañ. El rey Lebna Denghel residió allí durante mucho tiempo y murió el 2 de septiembre de 1540 en Addi Caieh. Sus restos mortales fueron transportados al monasterio donde descansan en la sacristía de la gran iglesia. Su sucesor, Galawdewos, buscó refugio de los musulmanes y sufrió el asedio allí durante un año. En el año 1541, los portugueses de Don Cristóbal da Gama vinieron a Debra Damo para liberar a la reina Sabla-Wangel, que había estado recluida durante unos cuatro años, y después de haber dispersado a la milicia de Grañ, utilizaron el monasterio como fortín para armas y munición.

Unos años más tarde, en 1557 o 1558, el turco Pasha Uzdamer, procedente del Yemen con mucha artillería, logró tomar a Debra Damo, masacrar a los monjes y profanar la iglesia. Parece extraño que en tal ocasión la gran iglesia de Enda Abuna Aragawi no fuera quemada y destruida, e incluso más extraño considerando la información dada por un escritor anónimo en la crónica de Galawdewos de que la iglesia de Debra Damo se redujo “a un montón de ruinas similares a un cobertizo en un jardín de vides de uva”. O el cronista está equivocado o debemos deducir que la iglesia de Enda Abuna Aragawi fue ampliamente restaurada en la segunda mitad del siglo XVI. Tal restauración sería fácil de ver, pero nada de eso ha sido encontrado por aquellos que en los últimos cincuenta años han examinado y estudiado el monumento. Además, el techo de madera y el friso que decoran la nave central y el santuario son anteriores a 1540.
Un hecho indudable en el siglo XVII es que Debra Damo pasó por un período de decadencia y oscuridad: los jesuitas no mencionan esta importante comunidad monástica. La ausencia de escritos de esta época indica un cese de la actividad literaria entre los monjes.







Así debía ser la iglesia antes de que le pusieran los antiestéticos porchos.








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