Todo lo que cuelgo en este blog forma parte de mis viajes a Etiopía. Las fotos han sido todas disparadas por mí y los textos son fruto de mi experiencia subjetiva donde incluyo comentarios e indicaciones de los lugareños. Por otro lado, detrás hay también muchos años de lecturas y de investigación. ¿A qué viene esta introducción? Después de 15 viajes más o menos intensos, os podéis imaginar que ha habido de todo, mucho más de bueno que de malo, pero el caso de este monasterio me molestó especialmente.
En Etiopía y más concretamente en Tigray, me muevo con personas locales a los que considero mi familia, y cuando hacemos alguna visita a iglesias, monasterios o ruinas, se encargan ellos de gestionarla, de forma que no he de preocuparme de precios y sobretodo, de lo que se me hacía más difícil valorar, que propina se debe dejar. Se lo hablan entre ellos y yo tengo confianza plena en mi gente.
Llegamos al monasterio por una carreterita de tierra que atraviesa un paisaje idílico, sobretodo en época de lluvias donde la piedra contrasta con el verde de los campos. Dejamos el coche en un pequeño llano y entramos al recinto del monasterio. No hay que llamar ni nadie te recibe, entras. Una gran explanada -como en la mayoría de iglesias etíopes- rodea a la iglesia. Esta es la iglesia nueva, donde el pueblo reza y se celebra la Divina Liturgia. Está cerrada. En los muros exteriores (lo único que podemos ver) cuelgan unas cuantas pinturas con santos locales y alguna catequesis. Mirando la iglesia a la derecha y camino a la iglesia “antigua” nos encontramos con un mausoleo donde descansan los restos de Ras Alula.
| Primer mausoleo Ras Alula. Después del incendio de 1930 probablemente sus restos se trasladaron al nuevo junto a la iglesia nueva. |
Alula está considerado un héroe nacional en Etiopía. Fue un gran estratega militar y mano derecha del rey Yohannes IV. Los triunfos en el campo de batalla lo consolidaron como un gran líder y se le otorgó el título de Ras. Como suele suceder en la Corte de cualquier país, celos, rivalidades e intereses particulares priorizan antes que la buena gestión, por lo que Alula, que tenía en su contra a gran parte de la nobleza fue siendo marginado. En enero de 1897, se enfrentó a ras Hagos en la batalla de ŸAddi Óumay, a quien mató, pero resultó herido en la pierna y murió poco después de gangrena.
La historia la escriben los vencedores y Ras Alula fue marginado de esta, hasta que la Revolución de 1974, obviamente por puro interés en su conflicto con Eritrea, lo sacó del cajón del olvido e intentó difundir su imagen como gobernante etíope de Eritrea y vencedor de sus enemigos en territorio eritreo.
| Entrada de piedra a lo que debía ser el antiguo monasterio, quizás lo mas bonito de todo el conjunto |
Pasamos pues, por delante del mausoleo y seguimos por un sendero, cuatro escaleras, una entrada de piedra, cuatro escaleras más y a la izquierda un muro con una puerta que lleva a lo que ellos llaman el museo y a la derecha lo que debía ser la antigua iglesia.
Esta se quemó por última vez hacia 1930. La apariencia sin entrar en detalles, es de una iglesia nueva sin ningún atractivo. Imitación burda de ventanas aksumitas, de cuatro maderas horizontales intentando recrear como se construía en Aksum y los archiconocidos cabeza de mono que como no nos abrieron la iglesia no pude ver si realmente eran los salientes de las vigas de dentro del templo, o simplemente decoración pura y dura. Bajantes metálicos absolutamente antiestéticos y tejado de plancha que desmerece absolutamente el lugar histórico. En una de las paredes encontramos otro mausoleo mucho más modesto de Ras Alula. Imagino que al quemarse la iglesia, trasladaron sus restos al nuevo citado anteriormente.
| cementerio junto a la iglesia antigua |
Delante de la iglesia tienen un pequeño cementerio con diferentes tipos de enterramientos, cruces en distintos materiales, tumbas cubiertas por losas de piedra, las más nuevas hechas con antiestético cemento.
El monje que nos acompaña, de trato correcto, nos enseña el museo. Incensarios, libros, pinturas, coronas, cruces, cálices y un tambor de plata para la liturgia con una inscripción que si no me engañan viene a decir algo así como que Ras Mikael donó a la iglesia y abba Garima tendrá un recuerdo celestial hacia él (me imagino que quiere decir que rezará por él.
| Tambor litúrgico de plata regalado por Ras Mikael a la comunidad de Abba Garima |
| Libro milenario sin miniaturas |
El tema, y de ahí mi enfado es que este monasterio es famoso por conservar los evangelios con ilustraciones conocidos más antiguos del mundo. Llevaba años recogiendo información sobre ellos y la intención de la visita no era otra que la de poder ver y fotografiar algo de ellos. A mí el tambor y el mismísimo Ras Mikael me la traen al pairo absolutamente. Y ya que estamos, este Ras Mikael tiene una historia bastante poco edificante.
| Cálices en una de las vitrinas |
Bueno, pues nada, a la hora de ver los evangelios famosos de Abba Garima, el monje nos dice que están en la iglesia antigua y que el no tiene la llave. Así que ni iglesia “antigua” ni evangelios. Eso sí, de cobrar la entrada no se olvidó. En cuanto a la propina, quiero pensar que no le dejamos ni un birr.
| Coronas de monarcas cedidas al monasterio |
Parece que fue construido en el siglo VI, cuando gobernaba Gebre Meskel. Abba Garima forma parte del grupo de los Nueve Santos que vinieron del mundo Bizantino al no compartir las conclusiones a las que se llegó en el Concilio de Caldedonia. En pricipio se decía que eran de origen sirio, hoy en día hay voces discrepantes al respecto.
Según una homilía posiblemente del siglo XV escrita por un obispo de Aksum, Abba Garima era hijo de un rey de Bizancio "Roma", llamado Masfeyanos. Bautizado como Yeshaq, se dice que gobernó durante siete años después de la muerte de su padre antes de dirigirse a Aksum. Allí, fue introducido al monacato por otro de los Nueve Santos, Pantalewon, cuyos huesos fue el responsable de enterrar.
Beatrice Playne visitó el monasterio alrededor de 1950. Entre otros objetos le mostraron varios manuscritos con láminas pintadas, cuyos títulos ornamentales le parecieron de estilo sirio. Parece que Playne tuvo más suerte que yo! Por lo que me dicen el monasterio cuenta con unas quince celdas para los monjes y una buena biblioteca.
Los textos de los dos manuscritos difieren de tal manera que Garima 1 no parece descender directamente de Garima 2.
Los textos de los Evangelios de Garima son muy relevantes para la crítica textual del Nuevo Testamento, porque contienen variantes de la traducción más antigua de los evangelios del griego al Geez, que sigue siendo el idioma litúrgico de la Iglesia ortodoxa etíope.
Las dos portadas también son muy antiguas, la de Garima 1 posiblemente contemporánea con el manuscrito, lo que probablemente la convertiría en la portada de libro más antigua aún adjunta a su libro en el mundo.
| La pared de la izquierda, por su aspecto quizás pudo pertenecer a un templo anterior |
El cristianismo en Etiopía nació oficialmente en Aksum con la conversión del rey Ezana hacia el año 330 d.C., pero fue con los Nueve Santos misioneros cuando realmente se extendió.
La traducción del Nuevo Testamento al Geez debió completarse en Aksum antes de finales del siglo IV. En particular Niccum señaló la identificación en los manuscritos sobrevivientes de una 'Colección Aksumita' de cánones de la iglesia y extractos patrísticos, cuya traducción al Ge'ez puede fecharse con confianza en el siglo V, presuponiendo los Evangelios en una versión Ge'ez.
| Pintura antigua de Abba Garima, según el monje del siglo VI... |
En los siglos que van del IX al XIV, los musulmanes ocuparon la zona. Posiblemente los evangelios permanecieron ocultos en una cueva durante siglos, y luego redescubiertos.
El sacerdote jesuita Manuel Barradas (1572-1646), quien pasó nueve años en Etiopía, entre 1624 y 1633, siete de ellos cerca del monasterio donde "a menudo iba a celebrar misa, predicar, confesar y dar comunión". Señala sus dos iglesias, una circular para mujeres y otra en la ladera de la montaña, "la misma construida por Abba Garima". Informó que este edificio está "muy bien construido: la carpintería está muy finamente tallada con sus habitaciones superiores hechas para parecer abovedadas y muchas de ellas decoradas con pinturas de varias historias sobre Etiopía. También menciona la cueva del santo, que describe como todavía abierta, con referencia al comentario de Alvares de que estaba a punto de derrumbarse cuando la visitó un siglo antes. Barradas se mostró más que escéptico cuando se le dijo que era a través de esta cueva que Abba Garima iba y venía bajo tierra a Roma, lo cual, afirman los lugareños como algo cierto.
el sacerdote jesuita Manuel Barradas (1572-1646), quien pasó nueve años en Etiopía, entre 1624 y 1633, siete de ellos cerca del monasterio donde "a menudo iba a celebrar misa, predicar, confesar y dar comunión". Señala sus dos iglesias, una circular para mujeres y otra en la ladera de la montaña, "la misma construida por Abba Garima". Informó que este edificio está "muy bien construido: la carpintería está muy finamente tallada con sus habitaciones superiores hechas para parecer abovedadas y muchas de ellas decoradas con pinturas de varias historias sobre Etiopía. También menciona la cueva del santo, que describe como todavía abierta, con referencia al comentario de Alvares de que estaba a punto de derrumbarse cuando la visitó un siglo antes. Barradas se mostró más que escéptico cuando se le dijo que era a través de esta cueva que Abba Garima iba y venía bajo tierra a Roma, lo cual, afirman los lugareños como algo cierto.



